
Tanto si tienes olivos como si simplemente sientes curiosidad sobre cómo la aceituna se convierte en aceite de oliva, este es el artículo que buscabas.
Vamos a recorrer paso a paso el proceso de elaboración del aceite de oliva en la almazara, para que lo entiendas enseguida, y que de paso te animes a sacarle el máximo partido a tu huerto, cuidando de tus olivos como un auténtico profesional.
Antes de empezar, recuerda que puedes contar con nuestro catálogo de productos para olivos y también para aceites.
Todo empieza cuando las aceitunas, recolectadas en su punto justo de maduración, llegan a la almazara, un espacio especial que convierte el fruto de tu olivo en oro líquido.
Allí, las aceitunas pasan por el patio de recepción, donde se pesan, se descargan y se clasifican según su calidad. Si alguna vez has visitado una almazara, habrás visto cómo se amontonan las aceitunas recién cogidas, cómo se mueven por cintas transportadoras, y cómo el proceso está pensado para no perder ni un solo gramo de aceite.
Después, viene la limpieza: se eliminan hojas, ramas y polvo. Esto es muy importante para evitar sabores extraños en el aceite.
Aquí, queremos dejar un pequeño inciso, y es que la limpieza podría aligerarse mucho si ya has tenido un mínimo de higiene. Si usas agua oxigenada, que es respetuosa con el olivo, lo tendrás muy fácil para mantener tus utensilios más limpios sin perjudicar a la planta.
Las aceitunas limpias se transportan hasta el molino, donde se trituran completamente, hueso incluido.
El resultado es una pasta densa y homogénea, que huele ya a aceite, pero que todavía no lo es. Una buena trituración permite liberar mejor el aceite que se encuentra dentro de las células de la aceituna.
Una vez obtenida la pasta, se pasa a la fase de batido. En esta etapa, se remueve la pasta con calma, a temperaturas controladas, para que las pequeñas gotas de aceite se vayan juntando y puedan separarse mejor después.
Este paso es clave para conseguir un aceite de buena calidad: si te pasas con la temperatura, el aceite pierde aromas. Si bates poco tiempo, sacas menos rendimiento. Hay que equilibrar aquí.
Llegamos al momento crucial: la extracción del aceite.
Aunque hay muchos más, principalmente se aplican dos métodos:
El aceite obtenido pasa por un filtro para eliminar pequeñas impurezas y restos de humedad. Luego, se deposita en grandes tanques de acero inoxidable, donde se mantiene en condiciones controladas de temperatura y humedad.
Este cuidado es esencial para conservar sus propiedades y evitar que se estropee. En la bodega, el aceite reposa, se decanta y se limpia antes de ser envasado.
Por último, el aceite se envasa en botellas o garrafas, se etiqueta y ya está listo para acompañarte en tus comidas. Así termina este viaje que empezó en el olivo de tu jardín y que, con mimo y cuidados, puede darte una satisfacción enorme.
Recuerda que, si te animas a probarlo en casa, en nuestra tienda encontrarás productos que te ayudarán a mantener tu olivo sano y fuerte, para que sigas disfrutando de tu propio aceite de oliva año tras año.
¿Te ha gustado seguir este proceso? ¡Pues a por ello! Tu olivar, por pequeño que sea, esconde un auténtico tesoro. No importa si solo tienes un par de árboles o un pequeño rincón en el jardín: cada aceituna cuenta. Disfrútalo y recuerda que estaremos ahí para asesorarte si te pierdes entre tanto producto para usar.
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