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Acidulantes, el toque ácido para las preparaciones alimentarias

Acidulantes, el toque ácido para las preparaciones alimentarias

¿Has incorporado ya los acidulantes en tus formulaciones y preparaciones? Realmente te lo recomendamos mucho, y hoy vamos a darte los datos que necesitas para acabar de tomar esta decisión.

¿Qué son los acidulantes?

Los acidulantes son aditivos que se añaden a los alimentos para ajustar su nivel de acidez y aportar un toque ácido al sabor. De manera natural, puede haber acidulante en frutas y vegetales, pero en la industria alimentaria se usan de forma controlada para conseguir algunos beneficios al crear diferentes productos.

Su función principal, como decíamos, es modificar el pH del alimento. Este ajuste sirve para conseguir un perfil de sabor más equilibrado, además de otras muchas ventajas que comentaremos más adelante.

Entre los acidulantes más usados están el ácido cítrico, el ácido málico, el ácido fumárico, el ácido fosfórico y el ácido acético. Cada uno se usa en función del tipo de alimento, el perfil de sabor deseado y los requisitos tecnológicos del proceso de elaboración.

Función de los acidulantes en los alimentos

Los acidulantes, en realidad, cumplen un papel técnico muy importante dentro de la formulación alimentaria. Aquí tienes sus funciones principales:

  • Regulan el pH del alimento, así que ayuda a prevenir el desarrollo de bacterias no deseadas. Esto es clave para garantizar la seguridad alimentaria, sobre todo en productos con una vida útil larga o que se almacenan a temperatura ambiente.

  • Alargan la conservación del producto, ya que su acción antioxidante protege compuestos esenciales frente a la oxidación. Esto es lo que permite mantener la textura, el color y el sabor original del alimento durante más tiempo.

  • Potencian el sabor al dar un toque ácido. Esto ayuda a que refuercen la percepción del sabor global del producto. En el caso de bebidas azucaradas, por ejemplo, sirven para equilibrar la sensación de dulzor y hacerla más agradable al paladar.

  • Actúan como bacteriostáticos porque limitan el crecimiento microbiano sin eliminar por completo los microorganismos, lo que es útil en procesos donde no se busca una esterilización total, pero sí una buena estabilidad microbiológica.

  • Facilitan la esterilización en conservas al reducir el pH, lo que hace que los tratamientos térmicos sean más eficaces en productos como las conservas vegetales o las salsas.

  • Evitan la rancidez en grasas, al actuar (a veces) como agentes quelantes, bloqueando los iones metálicos (p. ej. hierro o cobre) que aceleran la oxidación de las grasas.

Es por eso mismo que los acidulantes están presentes en tantos alimentos. Los encontrarás en bebidas, refrescos, zumos, pan, productos de bollería, confitería, conservas, quesos, cervezas… Realmente creemos que pueden marcar una gran diferencia en la calidad y estabilidad de tus productos.

Acidulantes más utilizados

Aunque existen muchos acidulantes en el mercado, hay tres que han cobrado mucho protagonismo. Vamos a ver cuáles son y qué les hace tan valiosos en las formulaciones modernas. Además, por si quieres profundizar en cada uno de ellos, puedes acceder a nuestros artículos específicos desde los enlaces que te dejaremos.

Ácido cítrico

El ácido cítrico probablemente sea el acidulante más conocido y usado. También conocido como E330, es un compuesto orgánico presente en frutas como el limón, la lima o la naranja. En la industria se emplea sobre todo como regulador de pH, conservante y potenciador del sabor ácido.

Es muy soluble, estable y 100 % biodegradable. En alimentos y bebidas ayuda a mantener la frescura, a mejorar el sabor y a conservar el color y la textura. También se usa como texturizante en carnes procesadas o quesos, y en panadería para equilibrar el pH.

Su uso es habitual en refrescos, mermeladas, dulces, productos lácteos y suplementos. Aporta un perfil ácido suave y natural, muy reconocible para el consumidor.

Ácido fosfórico

El ácido fosfórico (E338) se valora mucho por su capacidad para regular la acidez, estabilizar el color y mejorar la conservación. Es habitual en bebidas carbonatadas, como los refrescos de cola, pero también se emplea en la elaboración de quesos, productos de panadería y en el tratamiento de levaduras.

Este acidulante actúa como antioxidante, emulsificante y clarificante, ya que ayuda con la mezcla de ingredientes difíciles de unir, manteniendo el aspecto visual del producto a lo largo del tiempo.

Además, su versatilidad lo hace un ingrediente clave en fórmulas que requieren controlar el pH sin alterar en exceso el sabor final del producto.

Ácido acético

El ácido acético (E260), conocido por ser el principal componente del vinagre, aporta un sabor agrio muy característico. Es un acidulante ligero pero muy útil, con aplicaciones clave como conservante, regulador de pH y potenciador de sabor.

Se emplea sobre todo en salsas, encurtidos, adobos, conservas vegetales y productos lácteos. Es muy valorado en procesos de fermentación, donde interviene de forma natural, y también en formulaciones que buscan dar un perfil avinagrado equilibrado.

En concentraciones altas debe manipularse con cuidado, pero diluido es perfectamente seguro para uso alimentario.

Está claro que, si quieres mejorar la formulación de tus productos, optar por un acidulante puede ser una buena solución. Pásate por nuestro catálogo si quieres explorar más opciones. No olvides que en Vadefood siempre te daremos los materiales que necesitas para conseguir los mejores resultados. 

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