
¿Has escogido ya los saborizantes ideales para tus formulaciones? De no ser así, en Vadefood hemos decidido prepararte una pequeña guía resolviendo las dudas más frecuentes, para que logres entenderlo todo sobre este tipo de aditivo alimentario y encuentres la mejor alternativa en tu caso.
Los saborizantes son aditivos alimentarios diseñados para modificar o realzar el sabor de un alimento. Esto lo consigue intensificando el sabor natural o introduciendo nuevas notas aromáticas, haciendo los productos más atractivos para el consumidor.
Encontrarás saborizante en varias formas: líquidos, polvos o pastas. Además, es importante saber que pueden venir de fuentes naturales o sintetizadas en laboratorio (artificiales).
En nuestra gama de productos, contamos con varios compuestos que, además de cumplir otras funciones (como regular el pH o actuar como antioxidantes) pueden contribuir al perfil del sabor de tus formulaciones. Por ejemplo:
Ácido cítrico: Con su característico sabor agrio, cumple la función de acidulante y regulador de pH, además de resaltar sabores en bebidas, dulces y conservas.
Citrato cálcico y citrato tripotásico: Estos compuestos se usan en una amplia variedad de productos, desde bebidas hasta postres, con el fin de equilibrar la acidez y aportando una sutil influencia al sabor.
Cloruro cálcico y cloruro de magnesio: Aunque son muy reconocidos por sus propiedades estabilizantes y potenciadoras del sabor, también juegan un papel en la mejora de la textura y el balance general de la formulación.
Además, no podemos olvidarnos tampoco de uno de los saborizantes más icónicos y versátiles en la industria: la vainilla. La esencia de vainilla es reconocida por su capacidad para aportar un toque dulce y cálido en todo tipo de postres y bebidas.
En el caso de nuestros productos, lo cierto es que el ácido cítrico es de los más demandados, debido a su versatilidad.
Pero lo cierto es que, en la industria alimentaria en general, la vainilla se lleva la palma. Su popularidad radica en su capacidad para complementar y realzar sabores en una amplia variedad de productos.
Su versatilidad y aceptación universal la convierten en la opción predilecta tanto en recetas tradicionales como en nuevas creaciones culinarias.
Una de las preguntas más frecuentes en el ámbito de la alimentación es sobre el origen de la vainilla. Tradicionalmente, este saborizante se extrae de las vainas de la orquídea de vainilla, cuyos compuestos naturales aportan ese característico aroma y dulzura.
Sin embargo, debido a la complejidad y al elevado coste de la extracción natural, desde finales del siglo XIX se comenzó a sintetizar la esencia en laboratorio.
Como imaginarás, los saborizantes artificiales son formulaciones diseñadas en laboratorio que reproducen, con exactitud, las propiedades aromáticas y gustativas de ingredientes naturales.
Su elaboración se basa en procesos químicos controlados que permiten obtener compuestos uniformes y estables, ideales para intensificar o modificar el sabor de los alimentos.
Un ejemplo clásico que ahora ya conoces es la esencia de vainilla, la cual puede producirse sintéticamente, logrando un perfil sensorial similar al extraído de las vainas naturales.
Aunque los saborizantes artificiales tienen la ventaja de una formulación estandarizada y una mayor pureza en muchos casos, en la industria alimentaria es cada vez más relevante contar con ingredientes que, además de realzar el sabor, aporten beneficios adicionales a la formulación.
Es justo aquí donde nuestros productos resultan una mejor opción, ya que al ser naturales, tienen varias funciones más allá de la mejora del sabor que mejoran el producto en general.
En Vadefood tenemos un catálogo de saborizantes, todos de origen natural. La elección dependerá de las necesidades específicas de tu formulación:
Ácido cítrico: Disponible en versiones sólidas y líquidas, es ideal para realzar sabores en bebidas, dulces y conservas. Además, actúa como acidulante, regulador del pH y antioxidante, aportando ventajas que mejoran la estabilidad y el perfil sensorial de tus productos.
Citrato cálcico y citrato tripotásico: Ambos se utilizan como reguladores de acidez, siendo perfectos para equilibrar el sabor en bebidas, productos lácteos, postres y galletas. El citrato tripotásico, en particular, es menos amargo, lo que permite usarlo en mayores concentraciones sin comprometer el gusto.
Cloruro cálcico: Muy reconocido por su capacidad para potenciar sabores y mejorar la textura, y de hecho es muy empleado en la elaboración de quesos. Además, ayuda en la estabilización y en la mejora del rendimiento de otros ingredientes.
Cloruro de magnesio: Utilizado como estabilizante y potenciador del sabor, este aditivo es muy útil en el desarrollo de sustitutos de sal y en la absorción de humedad.
Hemos elegido con cariño cada uno de estos productos para que te dé resultados consistentes y a la vez cumplas con los estándares de la industria alimentaria.
Esperamos que estas alternativas de saborizantes te sean muy útiles en tus fórmulas. Si buscas soluciones en alimentación, ya lo sabes: en Vadefood encontrarás lo que buscas. Si tienes dudas, contáctanos y te ayudamos a elegir.