
Si bien lo que la mayoría piensa es que el cultivo de arroz es típico de los países asiáticos, lo cierto es que en nuestro país también se siembra y cultiva arroz. Hoy en Vadecultivo queremos hablarte sobre esta realidad en nuestro país y cómo tú, si quieres, también podrías cultivar arroz en tu propio huerto o jardín.
Cultivar arroz en tu jardín o huerto puede llegar ser una actividad muy gratificante si cuentas con el espacio.
El arroz es uno de los alimentos básicos más consumidos en todo el mundo, y cultivar una pequeña parcela de arroz en casa puede ser una experiencia muy interesante, además de educativa y entretenida.
Aparte de poder disfrutar de arroz cultivado por ti mismo, su cultivo añade variedad al huerto y contribuye a mantener un espacio diverso y saludable. Si tienes niños, también puede ser una buena oportunidad para enseñarles cómo funciona la agricultura y el cuidado de la tierra.
En nuestro país, el cultivo del arroz está extendido sobre todo en zonas donde abunda el agua y hay terrenos fértiles. La región más emblemática es sin duda el Delta del Ebro, en Cataluña, donde se concentra buena parte de la producción nacional. Aquí, el arroz forma parte del paisaje, ocupando hasta un 65 % del terreno cultivable.
Además del Delta del Ebro, otras regiones importantes en España son Sevilla, en Andalucía, que es la mayor productora nacional de arroz, seguida por Badajoz en Extremadura. Valencia también destaca por ser la cuna histórica del arroz español, sobre todo en la zona de la Albufera.
Otros lugares donde se cultiva arroz, aunque en menor escala, son Aragón, Navarra y Murcia, esta última famosa por el arroz de Calasparra.
Si te planteas cultivar arroz en casa, debes saber que este cereal requiere unas condiciones muy particulares:
Agua abundante: El arroz es un cultivo semiacuático, así que necesita mucha agua. De hecho, se mantiene el terreno inundado durante buena parte del proceso.
Temperatura adecuada: La temperatura ideal para cultivar arroz oscila entre los 25 y 35 grados. No soporta bien temperaturas inferiores a 10 grados ni superiores a 40 grados.
Luz solar directa: Requiere pleno sol para crecer bien.
Suelo fértil y arcilloso: Lo ideal para el arroz son los terrenos capaces de retener agua durante períodos prolongados. Por eso mismo es que en se planta arroz en el Delta del Ebro, por ejemplo.
Antes de decidirte, asegúrate de que tu jardín o terreno pueda llegar a cumplir con estas condiciones para tener éxito.
Y, por supuesto, no te olvides de aprovechar también nuestros productos para el cultivo de arroz.
El cultivo del arroz es lento, así que necesitarás un poco de paciencia.
Desde que siembras hasta que cosechas, suelen pasar entre cuatro y cinco meses. En general, una variedad media de arroz necesita entre 120 y 150 días para estar lista. Las variedades tempranas tardan alrededor de tres meses, mientras que las más tardías pueden llegar hasta los ocho meses.
Para casos particulares, lo más habitual es elegir variedades de ciclo medio, que permiten llevar a cabo la siembra a principios del verano (finales de mayo o principios de junio) y cosechar a finales del verano o principios del otoño (entre septiembre y octubre). De esta forma, encaja fácilmente en tu agenda y podrás cuidar de tu pequeño cultivo sin prisas ni estrés.
Aunque en las grandes explotaciones el cultivo del arroz se lleva a cabo a gran escala con técnicas muy especializadas, en casa se puede adaptar a un huerto o jardín con facilidad. Aquí te explicamos, paso a paso, cómo puedes hacerlo:
El arroz es un cultivo semiacuático, lo que significa que necesita mantenerse con abundante agua durante gran parte de su crecimiento.
Para recrear estas condiciones en tu jardín, busca un área con suelo fértil y con buena capacidad para retener humedad (idealmente, un suelo algo arcilloso).
Si no dispones de un pequeño estanque o zona de inundación, puedes improvisar con recipientes o bandejas que te permitan mantener el agua en el sustrato.
El proceso comienza remojando las semillas en agua durante uno o dos días para activar su germinación. Luego, siembra las semillas en un pequeño semillero o bandeja con tierra bien abonada.
Cuando los brotes sean lo suficientemente robustos (cuando alcancen unos centímetros de altura), trasládalos al área que has preparado con agua.
Este trasplante permite que cada planta empiece con buen pie y aproveche al máximo el ambiente húmedo.
Durante el crecimiento, debes mantener un nivel constante de agua, ya que el arroz se beneficia de estar inundado parcialmente.
Además, vigila de cerca a las malas hierbas y elimínalas y, si es posible, añade abono orgánico de vez en cuando para enriquecer el suelo.
Todo esto se puede hacer a mano, y también con niños, lo cual podría ser muy educativo para ellos.
Recuerda que, dependiendo de la variedad, el arroz puede tardar entre cuatro y cinco meses en madurar.
Sabrás que está listo para cosechar cuando las espigas se vean doradas y los granos hayan alcanzado su tamaño óptimo.
Corta las espigas con cuidado y extiéndelas en un lugar soleado para que se sequen. Una vez secos, separa el grano de la paja (nunca mejor dicho).
Después del secado, guarda el arroz en un lugar fresco y seco. Así, podrás utilizarlo en tus platos o, si lo prefieres, conservarlo para un futuro..
Muy simplificado, el cultivo de arroz en casa es una actividad que podría ser muy divertida para ti y los tuyos. ¿Te animas a intentarlo? Recuerda que si necesitas productos para hacer todo el proceso más fácil, puedes contar con nuestro catálogo de plantación de cereales. Pregúntanos si no tienes claro cuál necesitas.