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Cultivo de avena: guía completa de siembra a cosecha

Cultivo de avena: guía completa de siembra a cosecha

¿Tienes claro ya cómo se hace el cultivo de avena? Este es un cereal muy interesante que puede aportar mucho a tus platos, así que, ¿por qué no probar a plantarlo en tu jardín o huerto?

En Vadecultivo queremos que tú también seas capaz de disfrutar de la agricultura casera, y por eso hoy te traemos un artículo completo que le servirá tanto al más novato como al más veterano en estos temas.

Cultivar avena, ¿por qué?

Si estás pensando en añadir un nuevo cultivo a tu huerto, la avena es una opción más que interesante. Es un cereal fácil de cuidar y que se adapta bien a diferentes tipos de suelo, además de que supone un cultivo que beneficiará a tu terreno.

¿Por qué? Para empezar, la avena es un cultivo muy agradecido, ya que crece incluso en suelos pobres al retener muy bien la humedad, y encima ayuda a mejorar la estructura del terreno. Aunque tú la cultives por sus granos, tu huerto también gana.

Además, es ideal para rotar con otros cultivos, porque deja el suelo en mejores condiciones para lo que siembres después.

Y si hablamos de lo que puedes hacer con ella, pues también resulta interesante. Puedes consumirla en forma de copos, harina o incluso hacer tu propia bebida vegetal. Piensa que es uno de los cereales más completos a nivel nutricional: aporta fibra, proteínas, minerales y vitaminas del grupo B.

Por cierto, ¿sabías que antiguamente se consideraba mala hierba? Así era por parte de los griegos y romanos, ya que se asociaba con la alimentación ganadera. Con lo que sabemos hoy sobre este cereal, es imposible no darle un papel protagonista en nuestras mejores dietas.

Antes de seguir, recuerda que puedes contar con todos nuestros productos para el cultivo de avena en nuestro catálogo.

¿Dónde se cultiva la avena en España?

Conocer dónde se cultiva la avena en España te puede ayudar a saber si en tu zona puede funcionar bien… y lo cierto es que en casi todo el país se dan las condiciones adecuadas.

Este cultivo tiene mucho protagonismo en Castilla y León, Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía.

Más concretamente, y para que te hagas una idea, las provincias con más superficie dedicada al cultivo de avena son Badajoz, Sevilla, Cuenca, Cáceres, Ciudad Real y Toledo. También se cultiva un poco menos en Soria, Burgos, Albacete y Murcia.

Vamos, que es un cultivo bastante extendido porque es resistente, versátil y se adapta bien tanto al norte como al sur, siempre que el clima no sea demasiado extremo.

De hecho, nuestros expertos nos dicen que crece mejor en zonas con inviernos suaves y primaveras frescas. Lo cierto es que las heladas fuertes pueden afectarla si son muy repentinas o si llega el calor demasiado pronto mientras está en floración.

Así que si vives en una zona con clima templado o fresco, podría funcionar.

¿Cuánto tiempo tarda en crecer la avena?

La avena es una planta de "ciclo anual", lo que significa que empieza y termina en menos de un año. Desde que la siembras hasta que la cosechas, pueden pasar entre 80 y 110 días, dependiendo de la variedad que elijas y del clima de tu zona.

Esto también significa que puedes plantarla hasta dos veces al año, en algunas zonas.

En algunas zonas con climas templados es posible sembrarlas en otoño, entre mediados de octubre y mediados de noviembre, y la cosecha puede estar lista a finales de primavera o principios de verano.

Otra opción es optar por la siembra en primavera (febrero - marzo). Si optas por una siembra de primavera, el proceso se acorta un poco y puedes tener resultados en unos tres meses.

Esto es importante si te estás organizando para encajarla en tu huerto con otros cultivos. Al ser un ciclo relativamente corto, puedes aprovechar el espacio y hacer rotaciones o combinarla con otras plantas que no coincidan en el mismo calendario. Así aprovechas al máximo tu terreno.

¿Cómo se cultiva la avena?

Cultivar avena en tu huerto es una experiencia muy gratificante, y lo mejor es que no necesitas ser un experto para conseguir buenos resultados. Solo hace falta conocer bien los pasos clave: desde la preparación del terreno hasta los cuidados durante el crecimiento

1. Elige el lugar y prepara el suelo

La avena necesita un sitio con al menos 6 horas de sol al día y un suelo suelto, profundo y con buen drenaje. Si es algo arcillo-arenoso, mejor. Aunque este cereal es bastante resistente, evitar suelos muy compactos te ayudará a que crezca mejor. El pH ideal está entre 5 y 7.

Antes de sembrar, conviene trabajar bien la tierra. Empieza con una labranza profunda para aflojar el suelo y eliminar malas hierbas.

Para mejorar la estructura del terreno y aportar nutrientes, puedes incorporar compost, pero si buscas un producto específico, el fosfato diamónico es ideal para enriquecer el suelo con fósforo y nitrógeno desde el primer momento.

2. Cuándo sembrar y cómo hacerlo

Tienes dos opciones principales que ya te hemos introducido más arriba:

  • Siembra de otoño: Entre octubre y noviembre, en zonas con inviernos suaves.

  • Siembra de primavera: Entre febrero y marzo, si vives en una región de clima templado.

La clave no son las fechas en sí, sino que el suelo esté a unos 5 °C o más y que no se prevén heladas fuertes. Si optas por la siembra en surcos (muy recomendable), hazlos dejando unos 15-20 cm de separación. Puedes enterrar las semillas a unos 3-4 cm de profundidad. Otra opción es la siembra a voleo, más rápida pero menos precisa.

Para mejorar el contacto entre la semilla y la tierra, y favorecer una germinación más uniforme, puedes aplicar ácido cítrico 1-H, que ayuda a regular el pH si el suelo es ligeramente alcalino.

3. Riego y humedad

Aunque la avena suele cultivarse en secano, necesita buena humedad durante las fases clave: germinación, desarrollo del tallo y formación de la espiga.

Si en tu zona llueve poco, te tocará regar, sobre todo si ves que la tierra está seca en profundidad. De media, se estima que necesita unos 25 mm de agua por semana, y mejor hacer riegos espaciados pero profundos que muchos superficiales.

En caso de zonas con suelos pobres en retención de agua, el silicato potásico puede mejorar la resistencia de las plantas al estrés hídrico, además de fortalecer los tejidos frente a plagas.

4. Abonado

Antes de sembrar puedes incorporar abonos ricos en fósforo y potasio. El carbonato potásico granular, disponible en nuestra tienda, es una buena opción para reforzar el potasio en el suelo, sobre todo si es pobre.

Ojo, porque el nitrógeno es muy importante para su crecimiento, pero hay que aplicarlo con cabeza: si te pasas, puedes provocar que la planta crezca mucho y se tumbe (lo que se llama encamado). Lo ideal es aportar un poco al inicio, y otro extra cuando empiece a ahijar (es decir, cuando la planta echa nuevos brotes desde la base).

5. Control de malas hierbas, plagas y enfermedades

Durante el crecimiento, conviene vigilar que no aparezcan malas hierbas, ya que compiten por el agua y los nutrientes. Puedes desherbar a mano o acolchar el suelo para prevenirlas.

Si estás buscando una opción natural para eliminar malas hierbas difíciles antes de sembrar o en los primeros estadios de crecimiento, puedes usar ácido acético 80%, un herbicida natural muy eficaz para tratamientos localizados.

En cuanto a plagas, vigila sobre todo pulgones, gusanos cortadores y gorgojos. Hay productos ecológicos que pueden ayudarte a mantenerlos a raya, pero muchas veces basta con tener una buena rotación de cultivos y eliminar restos vegetales al final del ciclo.

Las enfermedades fúngicas como la roya también pueden aparecer si hay mucha humedad, así que es clave mantener el huerto ventilado y evitar excesos de riego.

6. Cosecha y conservación

Sabrás que tu avena está lista para cosechar cuando toda la planta tenga un color dorado uniforme y las espigas estén secas al tacto. Esto suele ocurrir entre 80 y 110 días después de la siembra, dependiendo de la variedad y del clima. Si los granos están duros y se desprenden fácilmente, es el momento ideal.

Es recomendable hacerlo en un día seco, después de al menos 24 horas sin lluvia, para evitar que el grano se humedezca demasiado. Puedes cortar las plantas con tijeras o una hoz y dejarlas secar unos días más a la sombra, en un lugar ventilado.

Cuando estén totalmente secas, separa los granos golpeando con suavidad las espigas y cribando con un colador o una malla fina.

Para conservarlos bien, guarda los granos limpios en un recipiente hermético, en un lugar fresco y seco.

Si buscas una opción para mantener alejadas las plagas durante el almacenamiento, puedes usar un poco de ácido bórico, que actúa como barrera natural contra insectos y hongos si se coloca en el entorno del almacenaje (nunca en contacto directo con el grano si lo vas a consumir).

Esperamos que esta guía completa sobre el cultivo de la avena te haya sido muy útil y que te animes a integrarla en tu huerto. Verás que será divertido todo el proceso, y siempre puedes contar con nuestro catálogo de productos para cultivos. Recuerda que puedes contactarnos si no tienes claro qué usar.

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