
Conocemos a muchos clientes que desean cultivar espirulina, y por eso hoy en Vadecultivo te resolvemos todas las dudas al respecto. Verás que es más sencillo de lo que parece.
Antes de entrar en detalle, deberás de entender bien qué es y sobre todo qué propiedades tiene la espirulina.
La espirulina es una microalga de color azul verdoso que crece de forma natural en lagos y estanques de agua dulce con un pH elevado. A pesar de que se le llama alga, técnicamente es una cianobacteria, es decir, un microorganismo que hace la fotosíntesis y produce oxígeno.
Aunque su aspecto puede parecer poco atractivo, esta microalga lleva siendo consumida durante siglos. De hecho, se sabe que los aztecas ya la usaban como parte de su alimentación habitual. Hoy en día, se cultiva en diferentes partes del mundo debido a su increíble perfil nutricional.
Comercialmente, la espirulina suele presentarse en forma de polvo, tabletas o incluso fresca, aunque la opción más común para consumo doméstico es el formato seco, ya que se conserva mejor y es fácil de utilizar en batidos, sopas o incluso en recetas caseras.
La espirulina es famosa por ser considerada un "superalimento". Esto se debe a que tiene un alto valor nutritivo y muchas propiedades (te recomendamos contrastar toda esta información con un profesional antes de decidir tomarla):
La espirulina es muy rica en proteínas, llegando a contener hasta un 60-70 % de su peso seco en forma de proteínas completas. Por eso, es un suplemento ideal para deportistas, personas que siguen una dieta vegetariana o vegana, o cualquiera que busque una forma de complementar su alimentación.
Contiene vitaminas como la E, conocida por sus propiedades antioxidantes, y varias del grupo B, que son esenciales para el metabolismo energético.
Además, es una fuente importante de minerales como hierro, magnesio, calcio, potasio, zinc y selenio, todos ellos fundamentales para mantener el cuerpo en equilibrio.
Ojo, porque al contrario de lo que se cree en algunos círculos, la vitamina B12 presente en la espirulina no es biodisponible para humanos, por lo que no sustituye los suplementos necesarios para veganos.
La espirulina contiene compuestos como la ficocianina, el betacaroteno y otros pigmentos que actúan como antioxidantes. Estos compuestos ayudan a combatir el daño que causan los radicales libres en las células, retrasando el envejecimiento y reduciendo la inflamación en el organismo.
La espirulina puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL ("malo") y triglicéridos en sangre, mientras favorece el aumento del colesterol HDL ("bueno").
Además, su capacidad para estimular la producción de óxido nítrico puede ayudar a controlar la presión arterial.
Los antioxidantes presentes en la espirulina, como la vitamina A y los carotenoides, son muy buenos para la salud de la piel y los ojos.
De hecho, pueden ayudar a prevenir la formación de arrugas, la flacidez cutánea y el daño ocular asociado al envejecimiento.
Sí, también tiene propiedades desintoxicantes, porque protege las células del hígado y ayuda a eliminar toxinas acumuladas en el cuerpo.
Es un buen complemento para personas que buscan ganar masa muscular o recuperarse tras el ejercicio. Sus proteínas, aminoácidos y antioxidantes ayudan a reparar las fibras musculares y mejorar la resistencia física.
Cuando hablamos de espirulina, podemos diferenciarla en dos tipos principales según su color: verde y azul. Esta distinción se debe a los pigmentos predominantes que contienen.
Espirulina verde: Su color se debe a la clorofila, el pigmento responsable del tono verde en la mayoría de las plantas. Es la variante más común y fácil de encontrar, se suele usar como suplemento alimenticio por su alto contenido nutricional.
Espirulina azul: Aquí predomina la ficocianina, un pigmento natural de color azul con potentes propiedades antioxidantes. Este tipo de espirulina es más escaso y caro, ya que requiere procesos adicionales para su extracción. Por su color, la espirulina azul suele emplearse en la cocina, como colorante natural.
Las propiedades son iguales en ambos casos. La única diferencia más allá del factor estético es que el sabor de la espirulina azul es más suave y dulce.
La espirulina crece de forma natural en pocos lugares del mundo, pero siempre es en lagos con aguas alcalinas y cálidas. Algunos ejemplos:
El lago Texcoco, en México, famoso por ser uno de los primeros lugares donde los aztecas recolectaban espirulina.
El lago Chad, en África, donde se utilizaba como fuente de alimento.
Sin embargo, hoy en día, la mayoría de la espirulina que consumimos proviene de cultivos artificiales. Estas áreas comparten las condiciones ideales para el crecimiento de la espirulina. Ahora te contamos más.
Para cultivar a la espirulina necesitas imitar las condiciones naturales de estos dos lagos que te mencionábamos: un pH elevado y temperaturas cálidas constantes, entre 30 y 38 °C.
Con los pasos adecuados y un espacio reducido, cualquiera puede empezar su propio mini cultivo. Aquí te dejamos los pasos a seguir:
Para cultivar espirulina, necesitarás un recipiente transparente, como un acuario o un tanque pequeño, y llenarlo con agua enriquecida con nutrientes específicos. La espirulina necesita un entorno alcalino, con un pH entre 8 y 11, y una exposición constante a la luz solar o iluminación artificial.
Consigue un cultivo inicial de espirulina de buena calidad, que puedes encontrar en tiendas especializadas. Este cultivo será la base para que las microalgas se multipliquen en tu sistema.
Añade los nutrientes necesarios, como bicarbonato de sodio y nitratos, que son esenciales para el crecimiento de la espirulina.
Asegúrate de mantener una temperatura cálida, idealmente entre 30 y 35 °C, y agita el agua regularmente para que la espirulina reciba luz de manera uniforme.
Después de unas semanas, notarás que el agua adquiere un color verde intenso. Este es el momento de recolectar tu espirulina. Usa un filtro fino o una tela para separar las microalgas del agua, lávalas bien con agua limpia y déjalas secar.
Una vez seca, puedes almacenar la espirulina en polvo en un frasco hermético. Úsala para enriquecer tus batidos, sopas o incluso en recetas caseras, como pan o galletas.
Si te interesa empezar tu propio cultivo de espirulina, en nuestro catálogo de productos para el cultivo de algas encontrarás todo lo necesario. ¡Disfruta de las propiedades de la espirulina en tu hogar!