
¿Cómo funciona el cultivo de cítricos? Esto es algo que hoy en día es normal que te preguntes si lo que quieres es gozar de unas buenas naranjas, limones o pomelos cosechadas por tus propias manos de tu propio huerto.
Como sabemos que quieres conseguirlo, y quieres hacerlo bien, vamos a orientarte para que lo consigas, yendo directos a resolver tus principales dudas. Pero recuerda que cualquier producto que necesites para esto, lo encontrarás en nuestra sección de cultivos frutales.
Cultivar tus propios cítricos tiene algo mágico. No solo por el sabor: recoger una naranja directamente del árbol, o cortar un limón maduro para tus platos es una experiencia que no se paga con dinero. Además, son árboles muy agradecidos: si los cuidas bien, te recompensan con fruta durante buena parte del año.
También hay una parte muy personal: si tienes hijos, les estarás enseñando de dónde vienen los alimentos. Y si regalas tus propios limones o pomelos a un amigo o familiar, te aseguramos que te los van a agradecer más que cualquier otro regalo. ¡Pocas cosas dan tanta satisfacción!
La mejor época del año para plantar cítricos es en primavera y principios de otoño. Esto es básicamente por las temperaturas del suelo, que son las adecuadas.
Por ejemplo, en primavera, la temperatura va subiendo, y esto afecta a los suelos. Sin embargo, al no ser verano, todavía no hay un exceso de calor y hay mucha humedad de las últimas lluvias, y es por eso mismo que es un momento ideal para hacer la plantación. Esto, claro, también implica que tus tierras hayan pasado por una temporada de lluvia.
En el caso de otoño puede ser buena idea plantarlo porque todavía el suelo tiene algo de calor residual del verano, y las lluvias ayudan a humedecer la tierra. Sería demasiado tarde si estuvieras en pleno invierno, con las heladas y demás.
Cultivar cítricos en un huerto o jardín es bastante sencillo, siempre que tengas en cuenta tres cosas: el clima, el suelo y los cuidados básicos.
Los cítricos prefieren zonas con clima templado o cálido. No les gusta el frío intenso ni las heladas. Lo ideal es que estén al sol directo la mayor parte del día y que estén protegidos del viento, que puede hacer caer la fruta prematuramente.
Necesitan suelos bien drenados, sin encharcamientos. Lo mejor es un terreno franco o arenoso, con un pH entre 5,5 y 7. Puedes mejorar el suelo añadiendo compost o estiércol antes de plantar.
Los cítricos son muy sensibles al riego: no soportan estar secos mucho tiempo, pero tampoco se llevan bien con el exceso de agua. Lo ideal es un riego regular y controlado, como por goteo. Y no te olvides de abonarlos varias veces al año, sobre todo en primavera y verano, que es cuando más nutrientes necesitan.
Aunque en nuestro catálogo tienes muchos más productos que podrás aprovechar, te recomendamos empezar por explorar estos tres:
Sulfato potásico: Ideal para añadir potasio al sustrato, o equilibrar el pH.
Nitrato cálcico: Fuente perfecta de calcio y de nitrógeno para plantas.
Sulfato de magnesio: Importante fuente de magnesio ideal para cultivos.
¿Quieres ver cómo funcionaría el cultivo de los tres tipos de cítricos más recomendables para principiantes? Vamos allá con ellos y profundizaremos sobre las partes más relevantes en cada caso.
El naranjo es uno de los árboles frutales más agradecidos y populares para cultivar en casa. Te dará frutas riquísimas y también aporta sombra, aroma y belleza al jardín. Si te animas a plantarlo, estos son los aspectos clave que debes tener en cuenta:
Lo mejor es hacerlo en primavera, cuando el riesgo de heladas haya pasado. Es el momento ideal para que se adapte al terreno sin sufrir por el frío ni por el calor extremo del verano.
El naranjo necesita un suelo bien drenado, con textura arenosa o franco-arenosa, y con un pH entre 6 y 7. No tolera ni suelos encharcados ni terrenos con demasiada salinidad. Además, requiere muchas horas de sol y protección contra el viento, que puede hacer que los frutos se caigan antes de tiempo.
Durante la primavera y el verano necesita riegos frecuentes (cada 3-5 días si usas goteo). En invierno puedes espaciar más los riegos.
Es importante que el árbol nunca pase sed, pero tampoco conviene pasarse con el agua. Para mejorar su producción, puedes abonarlo varias veces al año con fertilizantes ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, y complementarlo con magnesio y zinc.
La poda se hace sobre todo para dar forma al árbol y permitir que entre bien la luz. Puedes podarlo cada año o cada pocos años, según cómo veas que crece.
Siempre es mejor evitar podas muy agresivas, ya que los naranjos acumulan reservas en las ramas.
Las naranjas se recogen cuando tienen buen color y sabor. Normalmente, entre noviembre y mayo, según la variedad. Córtalas con tijeras de podar para evitar dañar el fruto.
El limonero es una excelente opción para quienes quieren tener fruta fresca todo el año. Aunque necesita algo más de atención que otros cítricos, merece la pena por su producción casi continua y su resistencia.
En general, un limonero puede empezar a dar limones entre los 3 y 5 años desde su plantación, lo mismo que ocurre con el naranja. La fecha exacta dependerá de la variedad, el clima y los cuidados que le des.
La primavera es el momento perfecto para plantar tu limonero.
Escoge un lugar soleado (al menos 6 horas de sol al día) y bien protegido del viento. Evita zonas donde pueda haber encharcamientos.
Haz un hoyo amplio y mezcla la tierra con compost. Una vez plantado, riega bien y mantén la humedad constante sin encharcar.
Al igual que otros cítricos, el limonero necesita un riego regular, sobre todo en los meses más calurosos.
Si lo acabas de plantar, riega cada 3-7 días. Cuando ya esté más establecido, puedes espaciar los riegos.
Usa fertilizantes ricos en nitrógeno, y añade micronutrientes como el zinc y el manganeso para evitar que se le pongan las hojas amarillas.
Los limoneros agradecen una poda ligera, sobre todo para quitar ramas muertas o que se cruzan. Esto ayuda a que el árbol se airee bien y reciba más luz. Si lo tienes en maceta o espacio pequeño, puedes hacer podas de formación para controlar su tamaño.
El minador de hojas, la araña roja y los pulgones pueden aparecer. También pueden sufrir hongos como el cancro o la podredumbre.
Si ves síntomas, actúa rápido con tratamientos específicos. En nuestra tienda tienes productos ideales para ello.
Los limones no maduran una vez cortados, así que deja que estén bien amarillos antes de recogerlos. Se pueden recolectar durante buena parte del año.
Si te gusta el sabor del pomelo y tienes espacio en tu jardín, este cítrico te puede dar muchas alegrías. Es robusto, bonito y sus frutos son un auténtico tesoro.
Al igual que con otros cítricos, lo ideal es plantar en primavera, cuando ya no hay riesgo de heladas.
El pomelo necesita suelos profundos, bien drenados, frescos y con un pH entre 6 y 7. Es muy sensible a la salinidad, así que conviene evitar suelos calizos.
Plántalo en un lugar soleado y protegido del viento para que no se caigan los frutos antes de tiempo.
El pomelo es exigente en cuanto al agua. Necesita riegos frecuentes y abundantes, pero siempre evitando encharcamientos. El sistema más eficaz es el riego por goteo.
Para mantenerlo sano, añade fertilizantes ricos en nitrógeno, fósforo, potasio y hierro, sobre todo entre julio y septiembre.
Hay que podarlo con cuidado, porque su madera es sensible al sol directo. El objetivo es dejar pasar bien la luz sin eliminar demasiadas hojas. Se recomienda podar a finales de invierno para quitar ramas enfermas o débiles.
La temporada del pomelo suele ir de diciembre a abril, aunque algunas variedades permiten cosechas más amplias. Recolecta solo cuando los frutos estén maduros, porque no siguen madurando una vez cortados, como en el caso de otros cítricos.
Ya lo tienes todo listo para empezar con el cultivo de cítricos en tu jardín. Recuerda que tienes a tu disposición todo nuestro catálogo de productos para el cultivo de frutas. Pregúntanos si no tienes claro qué necesitas en tu caso específico.